22 de octubre de 2009

Dio gusto

Sin lugar a dudas, uno de los encuentros más interesantes que hemos tenido durante este año. Juan Jorge Michel Fariña, titular de la cátedra I de “Psicología, Ética y DDHH” de la Facultad de Psicología en la Universidad de Buenos Aires, nos dejó boquiabiertos y con ganas de más en una actividad inolvidable.

"Ética y Shoá: discusión y análisis de un fragmento cinematográfico" fue una propuesta realizada en conjunto entre el Departamento de Psicología de Hillel, Punto IL e Hillel Norte. Liderada por un brillante profesor, la actividad consistió en el pasaje de fragmentos de distintas películas que nos permitieran debatir sobre cómo el cine reflejó distintas cuestiones ligadas al Holocausto.

Comenzamos viendo pasajes de "El Dictador" de Charles Chaplin; sumamente interesantes fueron las anécdotas que contó Fariña con respecto al estreno de la película. El gran actor y director sufrió muchas presiones (incluso de la propia comunidad judía estadounidense) para no estrenar el film pero optó por hacerlo dado que consideraba que alguien debía oponer a lo que él consideraba el mal absoluto.

Tras ello, nos adentramos en la película de Bergman "El Huevo de la Serpiente". Durante este fragmento, Fariña nos contó el desarrollo del eugenismo y el desarrollo de las ciencias médicas que tuvo lugar en Europa a fin de conseguir la raza perfecta.

En uno de los momentos más movilizadores de la noche, observamos una parte de "Cabaret", en donde entendimos cómo los alemanes, sumidos en la derrota y la desesperanza, pudieron entender que con el nazismo recobrarían el orgullo y las victorias de antaño.

Al cabo de ello, analizamos cómo los nazis trataron a sus propios hijos en el conmovedor fragmento de "La Caída" donde la mujer de Goebbels, a fin de evitar que sus seis hijos vivan en una Alemania sin Hitler, los asesina.

En "el Especialista" nos adentramos en la personalidad de Adolf Eichmann, símbolo de lo que Hannah Arendt denominó "la banalidad del mal"; es decir, aquellos personajes grises que son capaces de llevar adelante un genocidio sin odio hacia las víctimas. Finalmente, nos adentramos en un fragmento de "I como Icaro" y en dos documentales donde vimos las lecciones de los experimentos de Milgram y sus premisas.

Sin darnos cuenta, habían pasado más de dos horas de intenso aprendizaje. Por ello, la pizza que compartimos en ese momento fue la mejor forma de empezar a digerir tantos sentimientos y reflexiones. En definitiva, un gran encuentro para concluir de la mejor forma la unidad de cinco encuentros sobre las lecciones del Holocausto.

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