25 de abril de 2012

Con Israel siempre


Punto IL los convoca e invita a participar de una jornada bien israelí este Lunes 30/4 desde las 17:00 hs. en el Luna Park.

Punto IL presentará su campaña “QUE VES CUANDO ME VES?” en un stand en la Expo Israel que tendrá lugar de 14 a 18 hs. en el Salón que da a la calle Lavalle del Luna Park. Asimismo, Agustín Ulanovsky (Director de Punto IL) dará una charla titulada “Hasbará: la batalla por la opinión pública” a las 17:30 hs.

Luego, participaremos de la Marcha en apoyo a Israel a las 18:30 hs. y finalmente del Acto Central que comenzará en el Luna Park a las 19:30 hs.

20 de abril de 2012

El discurso de Agustín Ulanovsky



A continuación, les adjuntamos el discurso que el Director de Punto IL, Agustín Ulanovsky, en su calidad de Mazkir de NOAM, leyó en el Acto de Iom Hashoá:

"Queridos sobrevivientes, Estimados dirigentes, Madrijim, Madrijot y Janijim, Amigos todos:

Reflexionando sobre los diversos temas y sensaciones que este día tan especial provoca, comprendimos que como seres humanos tenemos el don más poderoso que Dios nos pudo otorgar: el poder de pensar. ¡Díganos ustedes sino qué otro poder es más grande que el de las ideas! Ni las armas ni el dinero han cambiado la historia de la humanidad sino las transformaciones que generaron las ideas. Por supuesto que las ideas no son buenas ni malas per se; como seres humanos fuimos capaces de cobijar a un René Favaloro o a un Luis Pasteur que inventaron curas que salvaron millones de vidas, mientras parecemos olvidar que tres de cada diez personas de este mundo viven actualmente por debajo de la línea de la pobreza. De estas contradicciones estamos hechos los seres humanos y creemos que fue precisamente en el terreno de las ideas donde empezamos como humanidad a perder el rumbo que derivó en la tragedia de la Shoá.

Los pensadores de la Modernidad nos habían introducido en la ilusión de un mundo regido por el humanitarismo, inspirado en valores comunes y con la célebre esperanza de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Sin embargo, fueron otros pensadores modernos los que paralelamente formularon teorías racistas y segregacionistas capaces de sostener que las diferencias culturales, religiosas, étnicas o nacionales habilitaban a que un grupo pudiera exterminar a otro por ser diferente y presuntamente inferior. De estas ideas se nutrió el nazismo que, como movimiento político e ideológico, supo llevar al límite total el racismo, el antisemitismo y las ideas de purificación social. Las cámaras de gas y los hornos crematorios dan cuenta del resultado final de un largo proceso de deshumanización y de industrialización de la muerte que fue acompañado por la participación activa o el silencio cómplice del resto del mundo. El trágico saldo de seis millones de nuestros antepasados asesinados por el mero hecho de ser judíos y la persecución otros tantos millones que lograron salvarse, nos resultan inconcebibles.

Sin embargo, entre tanta oscuridad, es necesario algo de luz porque reiterando lo dicho como seres humanos somos capaces de los actos más viles pero también de los más nobles. En este acto, no sólo recordamos con angustia la experiencia más traumática y desgarradora que la humanidad en general y el pueblo judío en particular sufrió sino también la Hagvurá, el heroísmo de aquellos que en las horas más oscuras optaron por ser consecuentes con los valores más nobles. Justamente el hecho de que ninguna persona puede ser obligada a convertirse en héroe, es lo que convierte a personas comunes y corrientes en ejemplos cuando escogen el compromiso y la solidaridad para con el otro, postergando el bienestar y la tranquilidad personal.

¿Cómo describir sino a aquellos Justos que dieron resguardo y protegieron a propios y extraños aún a costa de exponerse ellos mismos y a sus propias familias? ¿Cómo ponerse sino en el lugar de aquel que decidió vivir con la angustia de saberse perseguido por el solo hecho de ser consecuente con su idea de que salvando una vida, se estaba salvando al mundo?

Estos ejemplos de heroísmo que encontramos durante la Shoá pueden resumirse en el compromiso para con los valores. Pregunta obligada que cada uno de nosotros debe hacerse entonces es qué estamos haciendo hoy con el tiempo que disponemos para construir un mundo mejor.

Cuando los jóvenes combatientes del Ghetto de Varsovia reclamaron no ser olvidados y eligieron luchar contra la bestia nazi, no lo hicieron por beneficio alguno sino por la convicción de la importancia de dejar un legado que los dignifique de cara a las generaciones venideras. Como comunidad judía y como humanidad nos debemos aún muchos debates y reflexiones sobre las dimensiones de la Shoá; sin embargo, este ejercicio de memoria solo tendrá valor en tanto nos impulse a aprender de lo acontecido y comprometa en el presente en la construcción de un futuro mejor. Sin una acción que la continúe, el ejercicio de la memoria no será más que un acto de nostalgia sin enseñanzas prácticas en un mundo en el que advertimos cotidianamente muchas muestras de intolerancia, que nos deben obligar a no ser tolerantes.

Cada uno de nosotros tiene la capacidad de aportar luz a nuestra querida comunidad, a nuestra amada Argentina, a nuestra Medinat Israel y a todo el mundo; seamos constructores de un legado que nos trascienda y dignifique y apostemos por la coexistencia, el diálogo, el pluralismo, el respeto por la diversidad y la solidaridad. Como judíos, como argentinos, como jóvenes, como sionistas y, por sobre todas las cosas, como seres humanos seamos difusores del compromiso por un mundo mejor. Las generaciones venideras nos lo sabrán reconocer.

Am Israel Jai".

19 de abril de 2012

Memoria y Activismo

El pasado miércoles 19/4, nueve miembros de Punto IL se dieron cita en el Acto central conmemorativo de Iom Hashoá veHagvurá en el 69º aniversario del Levantamiento del Ghetto de Varsovia en el Teatro Coliseo.

Durante el mismo, se intercalaron el encendido de seis velas en recordación de los seis millones de judíos exterminados por el nazismo con la lectura de textos, proyección de vídeos e interpretaciones musicales altivas al tema que se desarrollaron a lo largo de todo el acto.

El tema de este año giró en torno a los “Justos de las Naciones”, aquellas personas que pusieron en peligro sus vidas durante el nazismo para proteger a un judío de la muerte.

Dirigieron palabras al público el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Ricardo Lorenzetti, el Embajador del Estado de Israel Daniel Gazit, Francisco Wichter, sobreviviente de la Shoá y presidente de Sherit Hapleita, Agustín Ulanovsky (Mazkir de NOAM y Director de Punto IL, en representación de las agrupaciones juveniles) y el presidente de la DAIA, Aldo Donzis.

Al cierre del acto, se invitó a los sobrevivientes de la Shoá presentes a subir al escenario, desde donde junto a todos los concurrentes se cantó el Himno de los Partisanos.

11 de abril de 2012

Nuevamente presentes


Punto IL los convoca e invita a participar del Acto comunitario por el Levantamiento del Ghetto de Varsovia que se realizará el próximo Miércoles 18/4 a las 19 hs. en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125).

Nos estaremos juntando a las 18:30 hs. en la esquina de Cerrito y Marcelo T. de Alvear.

¡Los esperamos!

5 de abril de 2012

Contexto y consecuencias de considerar a la represión de la Dictadura como un genocidio



Por Agustín Ulanovsky

Lo ocurrido durante el Holocausto constituyó un momento paradigmático de la humanidad y de su capacidad de destrucción. Por una parte, demostró la posibilidad de aplicación de las lógicas aniquiladoras del racismo (que habían sido utilizadas ampliamente durante todo el siglo XIX en los territorios colonizados en Asia y África) al propio corazón de la Europa moderna y en segundo término, llevó al extremo la utilización del terror sistemático como modalidad de reorganización de las relaciones sociales a escala nacional y luego en toda la Europa ocupada. En consecuencia y terminada la guerra, surgió la necesidad moral y jurídica de que fuera el derecho internacional el ámbito que conceptualizara aquellas acciones y que evitara que las garantías del derecho penal moderno (el principio de prescripción, el de territorialidad, el de irretroactividad, entre otros) permitiera injusticias, a raíz de su gravedad extrema en cuanto desafío a la propia humanidad de nuestra especie.

De esta forma, se comenzó a discutir sobre el concepto de “genocidio”. La inclusión del aniquilamiento de grupos políticos dentro de la categoría de genocidio constituyó parte de las discusiones durante la creación de la Convención para la Prevención y Sanción del delito de Genocidio en las Naciones Unidas entre 1946 y 1948; sin embargo, fue finalmente quitada de la Convención aprobada el 9/12/1948 por cuestiones políticas ligadas a la Guerra Fría (los comunistas buscaban evitar ser castigados por las matanzas soviéticas o chinas). De esta manera, el “genocidio” fue concebido como:

“Art. 2: En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
d) Medidas destinadas a impedir a impedir los nacimientos en el seno grupo;
e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”.


Así las cosas, el genocidio comenzó a ser definido como la destrucción de la identidad nacional del grupo oprimido y la imposición de la identidad nacional del opresor y los asesinatos políticos pasaron a ser incluidos bajo la figura de crímenes contra la humanidad que centraba la acción en una persecución contra individuos (comprendidos como parte de la “población civil” indiscriminada). Se hizo así evidente que todo genocidio implicaba también la comisión de crímenes contra la humanidad, pero no es así a la inversa, en tanto el genocidio implica el ataque indiscriminado a la población civil y no el ataque “discriminado” a determinados grupos de dicha población a fines de lograr la destrucción total de dichos grupos.

Ha sido precisamente el aniquilamiento sufrido en nuestro país uno de los casos emblemáticos donde estas discusiones han podido desarrollarse con mayor profundidad, pues ante la imposibilidad de juzgar a los responsables de las persecuciones argentinas por la sanción de leyes de impunidad, motivó a que los familiares de las víctimas y organismos de derechos humanos exigieran que la represión fuera concebida como un genocidio para ser posible la aplicación del principio de jurisdicción universal. Los fallos del juez español Baltasar Garzón reconociendo la calificación de genocidio para los hechos ocurridos en la Argentina, instalaron el debate sobre si lo ocurrido durante la última Dictadura había sido un genocidio.

De esta forma, existe una gran cantidad de trabajos que se dedicaron a abordar el estudio de la última dictadura dentro de una perspectiva en la que se compara el caso argentino con otras experiencias traumáticas del siglo XX como fueron el holocausto, los regímenes fascistas europeos y las dictaduras del Cono Sur. Estos estudios suelen trazarse distintas comparaciones que buscan equiparar a los genocidios como un modo de destrucción y reorganización de las relaciones sociales, el buscar “tecnologías de poder” similar y el proceso de construcción de una alteridad.

Entre todos ellos, se destaca el trabajo de Daniel Feierstein quien resumió las prácticas genocidas en seis momentos:

1. La construcción del otro negativo (que será exterminado) busca marcar y diferenciar a aquellos que “ponen en peligro” al conjunto de la sociedad.

2. El hostigamiento que se ejerce sobre el otro negativo prepara y adiestra a la fuerza genocida.

3. El aislamiento destruye los lazos sociales solidarios del otro y lo recluye.

4. El debilitamiento sistemático quiebra la resistencia del otro.

5. El aniquilamiento material y exterminio físico de un grupo humano visto como amenazante y construidos como otro.

6. La realización simbólica: este último es relevante en el análisis del autor y dedica numerosas páginas a mostrar cómo en las interpretaciones que las sociedades realizan una vez llevado a cabo el genocidio se pueden identificar marcas y huellas que estas prácticas han dejado no sólo en los sobrevivientes sino también en el conjunto de la sociedad.

Cuando hablamos de la Dictadura argentina, hay que tener en cuenta que la represión tuvo por fin reprimir no solo a aquellos que, según palabras de Videla querían “atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno y que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también el que en el plano de las ideas quiere cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir subvierten valores, cambian, trastocan valores (...) El terrorista no sólo es considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba sino también por activar a través de ideas contrarias a nuestra civilización occidental y cristiana a otras personas”. Es decir, las acciones contra la guerrilla se deben superponer con una “cirugía” capaz de “extirpar el mal de la sociedad” y teniendo por objetivo la creación de una “República Nueva” que expresaría la reorganización social que busca este nuevo régimen político, precisamente autoproclamado como “Proceso de Reorganización Nacional”. Es para lograr dicha “reorganización” que deben ser aniquilados una serie de individuos y grupos de la sociedad argentina, cuya erradicación permitirá la transformación deseada de la sociedad.

De esta forma, intento sugerir aquí que el sentido de los estudios sobre genocidio no puede estar desinteresados acerca de los efectos políticos que produce o es capaz de producir sino que, por el contrario, debe hacerse cargo explícita y conscientemente de las consecuencias que acarrea cada uno de los modos de representar el pasado en sus posibilidades para el presente y el futuro. Sólo esta elaboración colectiva de nuestro pasado puede colaborar en la construcción de una lectura y una memoria que, sin renegar del dolor de las pérdidas, pueda permitir hacernos de saber de dónde es que venimos para poder comenzar a soñar y planificar hacia dónde es que queremos dirigirnos.

Libros y artículos que recomiendo:

• FEIERSTEIN, Daniel: “El genocidio como práctica social. Entre el nazismo y la experiencia argentina”, Fondo Cultura Económica, Bs. As., 2007.

• TRAVERSO, Enzo: “La violencia nazi: una genealogía europea”, 2003, Fondo de Cultura Económica de España.

• http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Practicas%20sociales%20genocidas%20en%20Argentina.pdf

4 de abril de 2012

Compartiendo visiones y experiencias

Por David Kasman, miembro de Punto IL

Del 30 de marzo al 1 de abril se realizó el 3° Encuentro de jóvenes líderes de Hillel América Latina en la ciudad de Córdoba. Nueve miembros de Punto IL (Carolina Daniszewski, Cyn Rubinstein, David Kasman, Sonia Babenco, Pisner Sergio, Paula Resnisky, Andrés Hidalgo Babour y Agustín Ulanovsky) participamos del mismo junto a más de 120 jóvenes de todo el continente.

Este seminario nos sirvió para conocernos con otros jóvenes de Hillel de distintos países como Venezuela, Paraguay, Brasil, y Argentina. Además conocimos las actividades que se realizan en los distintos centros Hillel, que en muchos casos eran similares y nos sirvió para comparar las modalidades de trabajo. Por otra parte, los distintos espacios de trabajo nos dieron ideas para poder mejorar las propuestas en nuestras ciudades.

Los paneles pensados incluyeron charlas sobre temas diversos, desde la actualidad israelí y el Conflicto en Medio Oriente hasta herramientas prácticas para realizar actividades y atraer al público de nuestra edad. Finalmente, el sábado a la noche se armó una muy buena fiesta en las instalaciones del hotel.

En resumen, la experiencia fue muy linda y espero que se repita en un futuro cercano.