20 de septiembre de 2011

Mis vivencias en la Marcha pro-Palestina

Por Agustín Ulanovsky, Director de Punto IL

Pueden encontrar todas las fotos de la Marcha en el Facebook de Punto IL

Cuando me enteré que distintas organizaciones sociales y religiosas estaban organizando una marcha pública en favor de la maniobra diplomática de las autoridades palestinas y contra el Estado de Israel, sentí la obligación de estar presente para conocer cuáles eran las convicciones que movilizaban a los organizadores y presentes. Por eso, me acerqué hoy al punto de encuentro en la Plaza Houssay y acompañé al contingente durante la nutrida marcha que recorrió la Avenida Córdoba y luego por Callao hasta la sede de las Naciones Unidas en Argentina. Algunas cosas que advertí me llamaron sumamente la atención y otras (lamentablemente) no tanto.

Para comenzar, rescato la diversidad que la Argentina democrática de nuestros tiempos permite. Veo con buenos ojos que una colectividad y/o grupo social pueda hacer una manifestación pública en favor de aquello en lo que cree; por ende, así como cualquier argentino tiene el derecho de manifestar cuantas veces quiera su apoyo al Estado de Israel, me parece saludable que aquellos que apoyan el nacimiento del Estado palestino conforme a la maniobra unilateral que hoy promueve Abbas puedan expresarlo públicamente. ¡Bienvenido el debate y la apertura democrática!

Por ello, lamento mucho que miembros de Quebracho (uno de los grupos que organizó la movilización) hayan sentido la necesidad de taparse el 100% de sus caras con pañuelos y portar palos y bastones, en forma por demás amenazadora. ¿Por qué y por quién se sentían amenazados para decidir ello? ¿Por qué una manifestación democrática debe contar con estos grupos que han dado sobradas muestras de intoleracia y desmanes? ¿No empaña a los genuinos objetivos de los manifestantes el ser acompañados por estos símbolos de la violencia?

La convocatoria resultó ser muy nutrida; desconozco las cifras oficiales pero estimo que entre 2.500 y 3.000 personas formaron parte de la misma. La gran mayoría de ellos eran miembros de Miles (organización que lidera Luis D´ Elia), tal como se desprendía de las numerosas banderas y remeras que portaban los presentes. Por supuesto, no faltaron los militantes de las distintas corrientes de izquierda, movimientos piqueteros, las Madres de Plaza de Mayo y los ya mencionados Quebracho. No obstante, noté muy poca concurrencia de gente de la colectividad musulmana; al menos, no se notaban ni remeras ni banderas que hicieran mención a Comunidades y/o Federaciones.

Al frente de la Marcha, divisé a algunas figuras políticas de tercer orden como Luis D´ Elia, el Padre Farinello, la Diputada nacional Cecilia Merchán (Libres del Sur), la líder de la MST Vilma Ripoll, el jefe de la CTA Hugo Yasky y el Embajador palestino y no pude no preguntarme cuando será el día que los vea liderando manifestaciones contra la opresión del régimen de Siria, las violaciones a los derechos humanos en Irán o por los derechos de las mujeres saudíes.

Dada la heterogeneidad del contingente, me tomé el atrevimiento de consultarle a diez personas distintas el motivo de la marcha y detalles de lo que está ocurriendo en las Naciones Unidas; ocho de ellos me respondieron con evasivas. No sé por qué no me llamó la atención que ello ocurriera. Lo que sí no esperaba era la evidente falta de consignas políticas y/o cantos que expresaran la posición del contingente; busqué y busqué los lemas bajo los cuales se identificaban los presentes y sólo encontre cuatro consignas en algunos carteles: "Palestina Estado Soberano", "La Tierra es nuestra", "Palestina libre ya" y "Queremos el reconocimiento del Estado palestino". La única bandera que logró perturbarme fue una casera que decía "Zionista, Colonialista, Imperialista... Fuera de Palestina Ya!" pero que tampoco se destacó por su originalidad.

Ni siquiera el volante que entregaban los organizadores abundaba en información aunque, como era de esperar, incluyeron duras críticas a Israel enmarcadas en la maniquea propaganda anti-israelí de la izquierda: "Por el fin de la ocupación, la destrucción del muro de segregación, el fin del ultra apartheid que Israel impone al pueblo palestino, el derecho inalienable al retorno de todos los refugiados y el fin del último enclave colonial en Oriente Medio".

En conclusión, mi sensación fue que la gran mayoría de la Marcha se movilizó muy poco informado de lo que ocurre en el Medio Oriente y quién sabe por motivos ajenos a los de la convocatoria. De política e ideología vi poco, muy poco.... pero eso sí, sobró el cotillón: abundaron las pequeñas banderas de Palestina y muchos de los presentes usaban Kufiyya con los rojo, verde, blanco y negro de la bandera palestina. Más allá de todo, que lindo es vivir en un país donde las diversidad de opiniones son permitidas y no reprimidas por los jerarcas de turno; ojalá algún día los pueblos de Siria, Irak, Irán, Arabia Saudita, Líbano, Egipto y el mismisimo pueblo palestino pueda decir lo mismo.

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