30 de abril de 2011

Nuevos debates y dilemas tras el Estado propio

Por Emiliano Senes, miembro de Punto IL

El último miércoles tuvimos el agrado de reunirnos con Hernán Wasserman, Sheliaj del Movimiento Juvenil Hejalutz Lamerjav, quien nos contó acerca de su experiencia de vida en Israel, país al que emigró como muchos argentinos; compartimos así el punto de vista de un trabajador social y de un académico comprometido con la defensa de los derechos humanos.

Para Hernán, la conformación de un Estado de carácter judío ha presentado desafíos complejos a un pueblo que ha existido sin tener un estado propio desde hace dos mil años. Son desafíos a los que se enfrenta toda comunidad que quiere forjar su propio destino pero que los judíos no habían tenido dada su condición de minoría y, en muchas oportunidades, de ciudadanos de segunda.

La cuestión de ser mayoría en la propia tierra genera conflictos de carácter moral y político: ¿Cómo tratar a las minorías? ¿Cómo conjugar una tradición religiosa fuerte con el laicismo, el nacionalismo y la razón de Estado? ¿De qué manera conciliar diferentes cosmovisiones en pos de lograr una alianza política firme, sin por ello alterar el carácter secular del Estado?

Con respecto al conflicto árabe-israelí, Hernán trató la dimensión humana del asunto; su contacto diario con árabes palestinos (en su trabajo y en su tiempo de ocio) alteró totalmente su concepción acerca de la disputa. En efecto, la cercanía con “el otro” genera empatía, una persona logra ponerse en el lugar de otra, y esto trastoca las ideas preconcebidas en un contexto lejano y desapegado. Aquí surgen nuevos dilemas morales que los judíos que allí habitan deben tratar permanente y prioritariamente, puesto que no son dilemas de academia, sino de la vida cotidiana.

Entre ellos podemos nombrar el levantamiento de chekpoints (puestos de control) para evitar la entrada de terroristas a Israel, pero que afecta al trabajador palestino, quien no solo busca trabajo, sino que también es buscado por los israelíes debido al bajo precio de su mano de obra; el problema de ir al ejército, que para muchos significa una necesidad, pero para otros una obligación contraria a su moral; la existencia de amistades entre israelíes y árabes, entre concepciones contrapuestas, que un día, tras un hecho de importancia que polarice las posiciones, podrían convertirse en enemistades irreconciliables en un instante.

Todos estos son algunos de los interrogantes que quedan aun sin responder; es bueno tenerlos en cuenta, pues son temas que no son generalmente tratados, ya que el foco suele ponerse en el conflicto bélico, la política y la cuestión territorial. Hay que aceptar que estos dilemas no serán resueltos fácilmente ni en un futuro cercano, pero es sabido que el inicio de un largo viaje comienza con el primer paso.


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