Otra noche más de reflexión y charla nos encontró en Hillel Norte para compartir un encuentro con el Psicólogo Juan Jorge Fariña. Junto con él seguimos trabajando el modulo de Shoá desde distintas perspectivas.
Lo primero que pudimos analizar fue el trabajo de masas que se ejecutó sobre la sociedad alemana y sobre los mismos soldados del III Reich. Fariña nos mostró una interesante analogía con los textos de Asimov, refiriéndose a lo que éste considera “el ciudadano gris”, capaz de sentirse completo a través de participar de algo superior y sin hacer un juicio de valor sobre sus actos.
En esta analogía Fariña tomó las tres leyes de la robótica de Asimov:
1) Cuidar a los humanos
2) Obedecer las órdenes del humano sin contradecir la 1era ley.
3) Proteger su existencia sin incumplir la 1era y posteriormente la 2da ley.
Ahondando más allá de estas tres leyes y llevándolo al plano del mundo real, se empezó a generar un debate moral y ético, con cuestionamientos como "¿Es válido sacrificar a algunos para salvar a millones?".
Fariña opina que el sometimiento voluntario por parte del “ciudadano gris” es un agravante de sus hechos, ejecutando algo que por sí solo no haría. A través de escenas de un documental francés, que buscaron recrear el célebre experimento de Millgram, nos permite ver la fidelizacion por llamarlo de alguna manera de las masas, obedeciendo muchas veces de manera ciega y con la impresión de que esta gente genuinamente no siente estar obrando en contra de la ética y moral.
En la segunda parte de la charla pudimos tratar las cuestiones bioéticas con respecto a las marcas en el cuerpo. Los tatuajes hoy en día surgen de diversos motivos para quienes se los hacen sobres sus cuerpos, logrando distinguirse del resto de la sociedad. Un tatuaje puede ser un afecto, una pasión por un equipo de futbol, un amor a una pareja, a la familia, etc.
Paradójico y doloroso es pensar que en la Shoá el objetivo del tatuaje era totalmente lo contrario. Su objetivo principal era borrar toda identidad individual de la persona volviéndolo un ente… uno mas….simplemente un NUMERO…
A través de un corto llamado “JAI” y el libro de historieta “MAUS” vimos como el judío intentaba encontrar en este número que llevaba tatuado un simbolismo de esperanza como ser: sumar los números y que dé 18 el numero de la vida en el judaísmo.
Para finalizar, vimos un corto sobre los muertos en la tragedia de Cromañon y sobre cómo fueron identificados por sus tatuajes, el cual concluyó con la frase de un familiar que me impactó: “Las palabras sobran o no alcanzan cuando lo que hay que decir nos desborda el alma”.
Les dejamos un video con las mejores imágenes:
gran nota!!!
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