11 de noviembre de 2011

Los medios y la liberación de Gilad



En el marco del Seminario por la Liberación de Gilad Shalit, Punto IL organizó junto al área de Comunicación de Hillel un encuentro junto a Alejandro Mellincovsky, quien cargos asesora sobre imagen comunicacional a empresas privadas y agencias gubernamentales, presenta el programa “Diálogo Global” en Radio UB 90.9 y coordinar del Programa para líderes de opinion sobre Israel y la Autoridad Palestina en la Fundación TESA.

Alejandro comenzó comentando que Israel es el segundo país con más corresponsales extranjeros del mundo (después de Estados Unidos), lo que denota la relevancia que tiene en los medios de comunicación. No obstante, Mellincovsky marcó que América Latina sólo tiene un corresponsal exclusivo y que los medios de esta región suelen trabajar con periodistas free lance y/o a través de la información que reciben de las agencias de noticia. Todo ello afecta la calidad de las noticias y el seguimiento que se le puede dar pues el acceso a las fuentes reales que tienen los medios son muy lejanas.

Fue entonces cuando Alejandro marcó que los medios no nos dicen cómo pensar sino en qué; es decir, fijan la agenda de discusión e instalan debates. Por otra parte, diferenció entre los medios masivos especializados de los comunes que son los agente realmente socializadores puesto que el común de la gente habla de lo que ellos publican.

Abocado al tema de Gilad Shalit y el impacto que tuvo esta noticia en los medios de comunicación, Mellincovsky advirtió que la cobertura fue generalmente positiva para Israel puesto que el mensaje general que se impuso fue que Israel valoraba la vida, mientras Hamas sólo vio en ella “una moneda de cambio”.

Alejandro desglosó el analisis en cuatro puntos:

a) La diferencia entre el término “secuestrado” y “capturado” que utilizaron muchos medios para caracterizar la situacion de Gilad. En este sentido, marcó que el uso del término “captura” lleva a pensarlo como un acto legítimo en un enfrentamiento regular cuando éste no fue el caso.

b) La descripción de Gilad como “soldado”, “sargento” o “un joven de 19 años que jugaba al fútbol y le gustaba las ciencias” refleja el tipo de empatía que los medios quisieron crear entre el lector y Gilad.

c) El detalle de a quién se liberó; mientras algunos medios describieron las atrocidades cometidas por varios de los prisioneros liberados, otros se limitaron a describirlos como “milicianos” y “heroes para los palestinos”.

d) La profundidad en el abordaje de lo que implicaba el intercambio de 1.027 prisioneros por una vida.

Por último, Alejandro remarcó que luego de la “gran noticia de la liberación”, algunos detalles no salieron como la operación que tuvo Gilad para que le fueran extraídas las esquirlas de la bomba y la proemsa de Abbas para los prisioneros liberados. Finalemnte, marcó que el rol ocupado por Sarklozy en la liberación es otro buen augurio para Israel.

En el momento de las preguntas, Alejandro resaltó que la situación mediática de Israel es complicada porque en el marco interior el gobierno debe procurars mostrarse fuerte y seguro pero al exterior vulnerable para despertar simpatías y apoyos. No obstante, recomendó que la campaña mediática para ser más efectiva debería ser un poco menos soberbia, poner el foco en el tema del día (no adelantarse ni instalar temas que no son necesarios e intentar preveer cuáles son los temas que se debatirán).

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