28 de octubre de 2010

Reformulación y nuevas perspectivas sobre la Comunidad judía argentina

Por Tatiana Kazakevich, miembro de Punto IL

El martes 26 de octubre, Punto IL tuvo el agrado de recibir al filósofo Darío Sztajnszrajber, quien también se desempeña como profesor de la Universidad de Buenos Aires y del Seminario Rabínico Latinoamericano. El tema que nos convocó fue “el sionismo en la Comunidad judía argentina”. El mismo no es un tema menor en tanto la amplitud del término nos obliga a abordar todas las problemáticas posibles, con el fin último de poder lograr una mejor comprensión de la cuestión.

Como base y punto de partida del análisis, Sztajnszrajber advirtió sobre la necesidad de replantear ciertos presupuestos que se suelen dar por obvios en la realidad judía actual. Ya sea dentro o fuera de la Comunidad, existen postulados estáticos que no son objeto de cuestionamiento. Analizaremos cada uno de ellos a continuación:

¿QUÉ ES LA COMUNIDAD JUDÍA?: cuando hablamos de Comunidad judía argentina, ¿a qué nos referimos? ¿Es posible definir a la misma en sentido estricto? Tomando uno de sus orígenes etimológicos, "comunidad" deriva de "tener algo en común". Ahora, si hablamos de comunidad judía, surge el problema de determinar cuál es ese elemento en común que compartimos quienes formamos parte de ella.

Una respuesta posible, quizás, es el “ser judío”. Ahora, lejos de poder aclarar la cuestión, el disertante introdujo un nuevo dilema: ante la multiplicidad de concepciones con respecto al judaísmo que se da hoy en día, resulta casi imposible encontrar un mínimo común denominador, omnicomprensivo de lo que implica “ser judío”. ¿Es el compartir una historia común? ¿Es la autoidentificación con el judaísmo? ¿Parte de características objetivas o subjetivas? En rigor de verdad, tomando la postura que se adopte, siempre alguien va a quedar afuera.

Si tomamos datos fácticos, el censo realizado por el Joint en el año 2004, arrojó el resultado de que en el país existen aproximadamente 275.000 judíos, concibiendo a éstos tanto a los que se autodefinen como judíos como aquellos que entran dentro de alguna categoría específica (por ejemplo: tener madre judía). De esa cifra, 180.000 se consideran judíos y 90.000 hijos de matrimonio mixto. Dentro de quienes se autodefinen como judío, sólo el 39% está institucionalizado.

SI EXISTE UNA COMUNIDAD JUDÍA ARGENTINA, ¿ES REPRESENTATIVA?: el filósofo invitado cuestionó la legitimidad real que tienen las instituciones judías argentinas para opinar y tomar decisiones que sean verdaderamente representativas de la Comunidad Judía, si es que existe ésta como tal. Es decir, cuando en los medios o en los actos se pretende representar la voz de la Comunidad Judía argentina, ¿cuáles son las figuras o instituciones realmente legitimadas para llevar a cabo dicha función?. Por ejemplo, si tomamos las últimas elecciones en la AMIA, la ortodoxia ganó la dirección con 2.700 votos, sobre un total de 275 mil judíos (según el censo de 2004). Por lo tanto, y en la medida en que es indudable que la AMIA actúa como la voz y cara visible de la Kehilá argentina, cabe preguntarse cuáles son los parámetros para medir dicha representatividad y cuando se manifiesta públicamente, en nombre de quién lo hace.

¿QUÉ ES SER JUDÍO?: esta es, quizás, una de las discusiones más subjetivas e interminables. Sztajnszrajber explicó que, hoy en día, no es posible hablar de un único judaísmo o una única identidad judía. Por el contrario, el fenómeno actual se caracteriza por la multiplicidad de identidades: se es judío, se es argentino, se es de un cuadro de fútbol… cada persona es cada cosa por separado y es todo junto al mismo tiempo. En este contexto, surge la necesidad de redefinir un judaísmo que parta, no ya desde una identidad fija y esencialista, sino que sea fundamentalmente mutable. El “ser judío” debe construirse como una sumatoria de adjetivos; como un conjunto de circunstancias que se vayan sumando a sí mismas y puedan ir variando a través del tiempo.

Como última cuestión, el invitado planteó cuál es el rol que juega Israel dentro de la identidad judía. ¿Es constitutiva de la misma? ¿Es posible una diáspora en la que el sionismo ha pasado a un segundo plano? Según el filósofo, el Estado de Israel sí es parte constitutiva de la identidad judía pero no el centro. Su tesis parte de la base de que se está dando un fenómeno, con respecto a Israel, similar al dilema (ya superado) de la relación del judaísmo con la figura de Dios. Por ejemplo, antes era impensado concebir a dichos conceptos en forma aislada; sin embargo, con el posmodernismo y el judaísmo secular hubo una resignificación. Algo parecido ocurre con la relación Israel – identidad judía: su presencia es importante y no resulta indiferente, pero no sería determinante. Surge la necesidad de una reformulación del judaísmo diaspórico.

Como eje de análisis final, Darío Sztajnszrajber introdujo un nuevo debate: ¿es posible una vida judía no institucionalizada? Los datos demuestran que el 69% de los judíos argentinos no participa en ninguna institución, y el problema central reside en el hecho de que las instituciones judías actuales tienen poca representatividad. La situación se acentúa en el caso de las familias mixtas, las que no encuentran en las mismas un espacio para el desarrollo de su identidad, volcándose hacia propuestas más abiertas y contenedoras.

En conclusión, y siendo conscientes de que el debate nos ha introducido más interrogantes que afirmaciones, estamos en condiciones de reflexionar que la institución judía tradicional está en crisis como consecuencia de su propia rigidez y sistema burocrático-inflexible. El camino: su reformulación, hacia una concepción más amplia y mixta y en la que se brinde espacio a intelectuales judíos (que hoy en día no son bien recibidos), con el objeto de que puedan abrir nuevas perspectivas más adaptadas a las características y necesidades que exige la realidad de la Comunidad Judía argentina actual.

Les dejamos un video con las mejores imágenes de la actividad:

No hay comentarios:

Publicar un comentario