12 de agosto de 2010

Profundizando sobre las críticas a Israel

Por Emiliano Senes, miembro de Punto IL

El martes pasado nos visitó en Hillel el escritor, conferencista y analista de política internacional Julián Schvindlerman. En relación a su nueva publicación, “Introducción al nuevo antisemitismo”, brindó a los más de 25 asistentes presentes una charla en la que describió el tema de la obra.

En efecto, la hipótesis del trabajo es que el antisemitismo, políticamente incorrecto desde los terribles sucesos de la Shoá, no ha desaparecido sino todo lo contrario, sigue estando muy vigente sólo que se ha transformado. El antiguo antisemitismo, de origen racial y religioso, posee ahora carácter político y apunta a deslegitimar al Estado de Israel como Estado de la comunidad judía.

Calificándolo de “camaleónico”, indica que este nuevo odio al judío se adaptó a los tiempos que corren con “precisión darwiniana”, apuntando lúcidamente que los mitos irracionales que una persona podía creer acerca de los judíos en el siglo X son los mismos que puede creer ahora pero con la salvedad de que se produjo en ellos una suerte de conversión a los “códigos culturales del momento”.

Es por ello que podemos ver cómo el Estado de Israel es acusado de matar intencionalmente niños palestinos como en su momento se hablaba de los famosos libelos de sangre, o sea, el asesinato ritual de niños cristianos; que Israel produce inestabilidad en todo el Medio Oriente siendo éste parecido a aquel mito de que los judíos contagiaban la peste y envenenaban los pozos de agua europeos; la acusación del lobby pro-israelí en EE.UU. semejante al mito de los Protocolos sobre el deseo judeo-sionista de dominación mundial, etc.

Asimismo, así como en su momento se habló de que los judíos mataron a Jesucristo cometiendo un deicidio, hoy en un nuevo contexto, la acusación sigue siendo igual de grave: la comisión de un genocidio.

En relación a ello, Schvindlerman remarcó la irracionalidad de esa acusación, así como de aquellas que describen a Israel como la maldad absoluta (estado nazi, apartheid, colonialista, expansionista, etc.) y su sencilla refutabilidad.

En definitiva, explicó, todo ello es parte de un discurso tendiente a quitar legitimidad al Estado judío porque poseyendo éste las características de los más criminales regímenes que han azotado al mundo durante el siglo XX (con excepción del estalinismo, y no casualmente, porque es de parte de la izquierda, entre otros, de donde vienen las acusaciones), el mensaje es claro: el Estado de Israel es criminal, asesino y racista, cualidades que la mayoría de las personas no aceptan hoy en ningún grupo humano. La conclusión es, ergo, que su existencia no debe ser permitida.

Continuó refiriéndose a aquellos que, conciente o inconcientemente, juegan un rol de importancia en la formación de esta concepción de Israel como un estado criminal. Al respecto, criticó duramente el papel de la ONU, del Consejo de Derechos Humanos y de la Asamblea General, teniendo siempre en cuenta que, en definitiva, estos organismos están constituidos por los países del mundo; también remarcó el papel de la prensa occidental, y de las organizaciones de derechos humanos que pregonan un relativismo moral que permite justificar acciones violentas y violaciones de derechos fundamentales en países árabes.

Con respecto a estos actores, subrayó una característica común en ellos que es, en efecto, un indicio de que algo no anda bien: precisamente, habló de la notoria desproporcionalidad que hay en la dedicación de organismos internacionales y de prensa al conflicto palestino-israelí, en desmedro de otros conflictos, a veces mucho más graves, que se dan en otras partes del mundo; incluso aquellos que no tienen motivaciones antisemitas contribuyen al mito mostrando información tendenciosa y sobreabundante sobre hechos que no siempre merecen, en razón de su poca relevancia o significación, tanta exposición.

La atención excesiva sobre Israel y los palestinos genera, en definitiva, una sospecha de que el problema no reside en la sacralidad de la vida, la libertad o el derecho de autodeterminación de los pueblos, sino en la existencia de un pequeño estado identificado con el pueblo judío.

Durante la ronda de preguntas, Schvindlerman se refirió brevemente al tema Irán en donde indicó que las sanciones impuestas por la comunidad internacional, si bien representan un avance no son suficientes para detener el desarrollo nuclear de ese país y su afán por conseguir armamento de ese tipo; de lograrlo, no solo produciría una desestabilización aun mayor en la zona sino que también aumentarían las chances de que movimientos terroristas como Hamas o Hezbolla adquirieran poder nuclear, con el consiguiente peligro para Israel y, en definitiva, para todo el mundo.

En definitiva, un excelente encuentro que nos dejó a todos reflexionando acerca de la complejidad del escenario del Conflicto en Medio Oriente y a saber tamizar las críticas lógicas y racionales al Estado de Israel de aquellas que esconden otros oscuros objetivos.

Les dejamos un video con las mejores imágenes:

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