Por Agustín Ulanovsky, Coordinador de Punto IL y Representante para América Latina de CAMERA (http://www.camera.org/) y Revista de Medio Oriente (http://www.revistamo.org/)
En tiempos donde pareciera que apoyar al Estado de Israel es “políticamente incorrecto” y conlleva a ser calificado con infundados e injustos agravios como “imperialista” o “retrógrada”. En momentos donde muchos prefieren cerrar los ojos y ser cómplices de las masivas campañas que se proponen deslegitimar y criticar al hartazgo a Israel en aras de eliminar al único Estado judío del mundo. En un contexto donde las voces progresistas, defensoras de los derechos humanos y las libertades civiles en lugar de atender las sistemáticas violaciones que sufren los homosexuales y disidentes políticos en Irán, las mujeres en Arabia Saudita y tantos otras víctimas de terribles atrocidades dirigen su exclusiva atención contra Israel, sin considerar que se trata justamente del país que en su región más esfuerzos invierte para respetar los derechos básicos de toda persona. En definitiva, en un contexto hostil y desfavorable, apostamos por sólo un camino: EL HACERNOS OIR.
¿Tenemos algo revelador y original para transmitir? No tanto. Nuestra posición está fundada en datos que se comprueban muy fácilmente en épocas de Internet. Aquel que quiere corroborar por sí mismo cuál es la situación real en Israel no debe invertir demasiado esfuerzos: basta con indagar y acceder a fuentes confiables de información, comparar la realidad israelí con la de otras partes del globo y ser lo suficientemente hábil para escapar de los prejuicios y de la campaña deslegitimadora tan bien orquestada (y que lamentablemente tanto huele a antisemitismo).
La originalidad de lo que decimos no se remite tanto a lo que decimos sino a que nos hemos decidido a actuar en consonancia a lo que sentimos y pensamos. Son muchos lamentablemente los que actualmente han optado por callar y resignarse a que si Israel es tan criticado, “algo debe haber hecho”. La sangría de personas comprometidas con el ideal de pelear por un mundo más justo es cada vez más grande y la noble causa de defender a Israel amerita que reaccionen y digan una vez más presentes.
La proyección del documental “The Case for Israel” en la Facultad de Derecho de la Universidad Pública nos dio una oportunidad que valoramos de sobremanera porque nos permitió reflexionar sobre la difícil posición israelí en un marco universitario público de excelencia. Setenta y cinco personas, muchos de ellos alumnos y profesores de la Facultad como así también autoconvocados y miembros de Hillel, se dieron cita en el Salón Vélez Sarsfield para ver otra cara de un conflicto que merecería un tratamiento más profundo al que los medios argentinos nos tienen acostumbrados.
Sorpresa importante se llevaron varios de los presentes cuando advirtieron una realidad que dista mucho de ser la que generalmente se presenta a nuestra sociedad. Un Israel que ha hecho dolorosas concesiones en aras de alcanzar la paz, que renueva día a día los sueños de una convivencia pacífica con sus vecinos pero que defenderá con firmeza su derecho a existir, un legado que ha sabido construir, mantener y engrandecer con sangre, sudor y lagrimas.
La discusión en la actualidad escapa ya al conflicto entre árabes e israelíes o a cuestiones de hecho sino que la discusión de fondo está ligada a lo que Israel realmente representa. El estado y la sociedad israelí son el faro de democracia, de idealismo realizador y de puntal de los derechos humanos en Medio Oriente. Israel muestra a sus vecinos una realidad que desconocen y permite ilusionar a las poblaciones árabes con un modo de vivir más digno, desarrollado e igualitario; no son las armas de Israel lo que preocupan a Irán, Siria o Arabia Saudita sino los ideales que éste transmite para alcanzar un mundo más justo, democrático y con plena vigencia de los derechos humanos.
Esta es la principal causa que nos motiva a levantar nuestra voz en su defensa y simultáneamente la que tanto alarma a sus países vecinos cuyos sistemas dependen del autoritarismo, la exclusión y la amenaza. Justamente por ello nos sorprende tanto que quienes se autodefinen como progresistas o activistas por los derechos humanos, sean tan duros en sus críticas a Israel y tan benevolentes en las críticas a los regímenes árabes.
Los invitamos a sumarse a esta pelea en el que las convicciones vuelven a ser importantes; muchos logros que Israel ha cosechado merecen ser reconocidos y difundidos. Dejemos de pagar el costo del silencio cómplice y la resignación.
Desde la asociación Yad beYad en España nos adherimos contribuyendo con la difusión de todo mensaje que defienda y proteja la existencia del Estado de Israel y estaremos en todas las campañas que con este fin se promuevan.
ResponderEliminarwww.yadbeyad.org
Saludos.
Silvia