7 de julio de 2011

Enseñanzas en el país del no aprender

Por Juliana Verlatzky, miembro de Punto IL

Recién entro a mi casa después de haber presenciado la charla de Sofía Guterman, madre de Andrea , víctima en el atentado en la AMIA. La misma fue compartirda entre los grupos Einstein y Punto IL y mi cabeza sigue dando vueltas. Sofía perdió a su única hija en el atentado a la AMIA pero sin embargo nos cuenta las historias detrás de las víctimas, sus vidas, sus sueños, lo que no pudo ser y las historias de los que quedaron, los familiares que siguen exigiendo justicia a pesar de las frustraciones, del abismo que genera que no haya culpables después de 17 años.

Ella encontró su manera de afrontar el dolor dando charlas, escribiendo libros, poemas y no sólo eso, también ayudando a los que más lo necesitan, los heridos y hoy sobrevivientes y familiares que también intentan sobrevivir la tragedia como se pueda. No los ayuda económicamente pero sí emocionalmente, los escucha, apoya y toma como propia su lucha.

Al día de hoy nadie fue indemnizado por el Atentado. Ni aquellos que quedaron discapacitados y no pudieron volver a trabajar, ni los familiares a los que sus vidas quedaron truncadas en un instante. Es terrible saber que, a pesar de la tragedia y de la pérdida de seres queridos y la falta de justicia, a estas personas la pesadilla no se les termina.

Se nota que lo necesita, y más de una vez repite que no lo hace por dinero, ya que no recibe nada a cambio de estas charlas, ni por sus libros. Es su manera de mantener la antorcha de la memoria encendida y de esa forma poder seguir adelante. Cosa que no es fácil ya que además de la tragedia de haber perdido a su hija, ha recibido amenazas personales y psicológicas por perseguir la justicia e intentar hallar a los verdaderos culpables.

Sofía sabe perfectamente que los años van debilitando las energías y que en algún momento van a ser otros los que tengan que llevar la antorcha de la memoria y perseguir la justicia. Es por eso, que si bien comenzó dando las charlas en instituciones judías, se dio cuenta de que debía abrirse a la sociedad toda, sin importar credo ni religión, ya que la bomba no hizo distinción. No todo está perdido, siempre que se siga propagando el fuego y se mantenga la memoria viva.

Finaliza la charla y me quedo pensando… ¿qué hago acá? Este país no aprende. Nunca creímos que podría haber algún atentando en Argentina y sin embargo hubieron dos. D-s no permita que haya ninguna otra tragedia pero ni siquiera existen equipos de rescate verdaderamente entrenados (a pesar de que fue uno de los ítems que el gobierno argentino se comprometió a realizar en la OEA). No aprendemos. Nos acostumbramos. Nos adaptamos a las nuevas condiciones y seguimos.

Cuando Sofía comentaba lo que nos dejó el atentado, como ser los pilotes enfrente de las instituciones judías, me dio un escalofrío. Me acostumbré a que estén ahí, es parte del escenario cotidiano cuando uno va a alguna institución judía. Sí JUDIA, ¿eso no es discriminación? Se supone que nos protege pero ¿por qué solamente a los judíos? El atentado fue hacia toda la sociedad argentina. Seguimos sin aprender. ¿Nos diferencian o nos diferenciamos? Aún así seguimos desprotegidos, nadie nos asegura nada y menos en este país. De momento que se roban o pierden evidencia, que no se puede acceder a los registros que pueden ayudar a esclarecer los hechos, porque a nadie le conviene que se esclarezcan. Políticos, fiscales y policías involucrados. Plata de por medio. Hay muchos intereses. La impunidad e inmunidad con la que se mueven los sospechosos con pedido de captura por la Interpol. Las pistas falsas. Y un sinfín de obstrucciones a la justicia.

Lo único que queda claro es que pase lo que pase tenemos que seguir el legado y no bajar los brazos, nos afecta a todos y cada uno de nosotros como parte de esta sociedad en la que vivimos.

Hoy más que nunca seguimos exigiendo justicia. ATENTADO AL OLVIDO.

2 comentarios:

  1. carolina zincosky15/7/11 15:45

    Tuve el maravilloso privilegio de estar presente en el encuentro.
    Sofía mantuvo mi atención durante toda su presentación, cada detalle que contó, cada historia de vida detrás del número 85.
    No dejó ningún ángulo sin tocar, desde las historias, hasta la situación judicial de la causa, pasando por lo que ella hace y tocando nuestros corazones al recitar su poema “nosotros, los muertos”.
    Fue un momento único, gracias Agustín por la síntesis que hiciste del encuentro.
    Una vez más “exigimos justicia sin ninguna muerte más”

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  2. Agustin Ulanovsky16/7/11 00:06

    Gracias Caro... igual el resumen lo hizo Juli, miembro de Punto IL. Beso1

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