29 de julio de 2010

Una historia que merece ser contada

Por Florencia Garber, miembro de Punto IL

En el último encuentro de Punto IL, nos reunimos especialmente en la sede Hillel Norte para contar con el interesante testimonio de Ariel Tarnogol, un voluntario argentino en el ejército de Israel que forma parte de la infantería del grupo Golani –correspondiente a la unidad brigada 12- que presta servicio en la frontera con el Líbano.

¿Pero qué es lo que lleva a un chico de 18 años a unirse a las filas del ejército israelí? ¿Qué es lo que lo motiva a ser soldado en una unidad en la cual el “lo iejol” (no puedo) está prohibido, en donde la guerra te quita la libertad y la vida se hace cada día más difícil?

Este mundo en el que se pasa frío y hambre, en el que el peligro está latente en todo momento es el mundo que eligió vivir Ariel para luego volver a su país. Sin dudas, una experiencia de vida que merece ser narrada.

Ariel cuenta que estaba cansado de encender la televisión y observar los constantes ataques y agravios hacia el Estado de Israel y para él la única forma de contrarrestar esa desproporcionada tendencia mundial está relacionada con el accionar de todos los judíos del mundo por defender a nuestro pueblo, a nuestra nación. Y él no estaba exento de esa lucha.

“Yo peleo por la tierra para los judíos. La verdad es que no soportaba ver como en la Argentina se hablaba tan mal de Israel y sobretodo me molestaba mucho que se lo compare con el nazismo”, relató.

Sin embargo, sostuvo que en Israel “no todo es color de rosa” ya que a su entender este país maneja mal la política exterior, por lo que como soldado y judío no siente respaldo del resto del mundo. “Por más que en Israel el soldado está protegido y no hay inseguridad, uno tiene que estar cuidando la imagen en todos lados”, opinó.

En contra de la gran mayoría de los medios de comunicación que muestran al estado hebreo como imperialista y genocida, por su experiencia personal Ariel explica que Israel avisa como ningún ejército en el mundo cuando va a atacar en algún lugar: “Arrojamos panfletos informando que va a caer una bomba, tiramos bombas vacías y sólo después de todo eso recién atacamos”, señaló.

“Pero si los terroristas ponen una bomba, o tienen su sede o armamento nuclear en el techo de un hospital, no podemos quedarnos con los brazos cruzados. No importa lo que hagamos, Israel siempre queda mal visto”, agregó.

Ariel no deja pasar que la situación entre Israel y los países vecinos es muy difícil y sostiene que a las células terroristas no se las puede vencer. “Uno tiene que ver cómo contenerlos y controlarlos y para eso hay que tener mucho control e inteligencia, una cualidad que constituye el 50% del ejército”, afirmó.

Ariel destacó que los puntos fuertes del ejército israelí son la Fuerza Aérea y la inteligencia. Es por ello que durante tres meses y medio los soldados se entrenan en la “fuerza mental” y durante otros tres meses y medio en “la fuerza física”.

“Inteligencia no es saber hacer cuentas matemáticas. Es saber resolver un problema o cómo manejar una situación de manera rápida y exitosa. Es saber hablar árabe y mirar los programas y poder identificar información que pueda servir”, ejemplifica.

Hoy con 20 años y restándole sólo uno para terminar el ejército, nos cuenta que esta experiencia le deja muchas enseñanzas como, por ejemplo, que no existe el límite, que el poder está en la cabeza y que la fuerza de voluntad lo logra todo.

Para Ariel, esta experiencia fue muy positiva y asegura que la llevará consigo para toda la vida. “Si no lo sentís con tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu alma no lo lográs nunca. No lo haces por vos, lo haces por tu pariente, por tu voluntad y por tu lugar en el mundo. Defenderse para Israel es, como para cualquier país del mundo, levantarse a la mañana”, concluyó.

Les dejamos aquí un video con las mejores imágenes:

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